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El ángel y el Whisky

Serie de Relatos Breves


–«¡Dale la Tablet para que no joda ese mocoso de mierda!».

Lo dijo con ojos y dientes apretados; ahogando sus ojeras en un escocés doble, su último. Estaba cansada. Los días encerrada eran insoportables; su única salvación era ese escocés que tomaba con ojos cerrados; como un bálsamo sagrado.


El mocoso alternaba llantos, risas y gritos, mientras su afilada mirada desafiaba al mismo cielo. Antes, había sido un genio incomprendido por su estúpida profesora, incapaz de entender la libertad expresiva del insulto. ¿Adónde había ido a parar ese niño prodigio? Ahora, la palabra «tarea» hacía volar objetos y palabrotas, y el gato le temía desde que intentó quemar su cola. 

Día 50: en su arrebato previo a la tarea, el mocoso lanzó el escocés por la ventana. Un «¡no!» aterrador estremeció la calle vacía; trozos de vidrio y whisky en el suelo mostraron la irremediable concurrencia de la gravitación universal.

Ella todavía tenía un vaso en la mano, pero era el final del camino. El presidente anunciaba en la tele quince días más de cuarentena, sin bebidas alcohólicas, el fin de la historia.

–«¡Dale la Tablet!» –repitió el escocés disfrazado de madre, cansado y sin ganas. 


Roberto Pável Jáuregui Zavaleta

De: Relatos desde el encierro.


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