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Recuerdo, pasado y retorno



¿Qué es un suceso? La conciencia de un hecho. No solamente es la ocurrencia de algo, sino que además debe estar presente la inteligencia de tal ocurrencia. Un rayo ilumina el cielo. Esa descripción del hecho está basada en una serie de conceptos previos: sustantivo rayo, el verbo iluminar, el sustantivo cielo. Pero, "Thor enfurecido lanza su rayo sobre sus enemigos", requiere otro tipo de conceptos y valores. El sustantivo rayo, sujeto de la primera oración, pasa a ser el objeto directo en el predicado de la segunda. La circunstancia objetiva es la misma, pero los sucesos son completamente diferentes.




El mundo de los dioses que luchaban lanzando rayos formaban el mundo consciente del hombre antiguo. Su mundo no era regido por leyes naturales, sino por dioses que eran regidos por ciertas leyes inexorables (La idea de la fatalidad en la literatura griega apoyaría esta idea). En cierto sentido, la noción moderna del mundo simplificó la estructura de la realidad para todos. Ahorró un paso al suprimir a los dioses mitológicos y dejar a los comunes hombres  bajo la necesidad de las leyes naturales.



El suceso está atado a nuestra percepción del estímulo. El suceso, entonces, es algo que se origina fuera de nosotros, pero que solamente ocurre dentro de nosotros. Un ataque al corazón puede ser percibido como la venganza de un dios o de un poder externo que nos castiga. Lo que ha ocurrido será definido por la estructura de nuestras creencias, por la interpretación que se da del mundo.

El recuerdo, entonces no reconstruye un hecho del pasado, sino que hace presente una construcción propia. No es volver a los hechos, sino a nuestro propio discurso sobre los hechos. Que una vez puesto en el lente de nuestra conciencia se convierte en una nueva ocurrencia susceptible de ser modificada. De pronto, los recuerdos se rehacen, se transforman, cambian de tal modo que dos personas expuestos al mismo estímulo, no solamente han tenido dos experiencias distintas sino que con el tiempo, pueden haber ido transformando sus recuerdos. Siguiendo este razonamiento, se podría decir que un recuerdo tiene más de presente que de pasado.

En la antiguedad, había quienes sostenían que todas las cosas volverían a ser otra vez. Un número limitado de combinaciones en los elmentos que conforman el universo inevitablemente, en un momento volverían a repetirse y, por lo tanto, todo volvería a ser otra vez. Los dinosaurios volverán un día a reinar sobre la tierra; un cometa los exintguirá; volverá Octavio a vencer a Marco Antonio; volveré yo a enamorarme de la misma manera.

El pensamiento, sin embargo, no sigue las leyes de la física ni la mecánica de los átomos. El pensamiento se resiste a la gravedad de la materia, piensa en volar contra las leyes de la gravedad; imagina el fondo del mar contra la limitación de la respiración pulmonar; sueña con la vida más allá, en contra de la ley de la muerte. El retorno es imposible, porque aun cuando todo vuelva a ser, aun cuando Octavio vuelva a vencer a Marco Antonio, y yo vuelva a enamorarme de la misma mujer; ese día Octavio percibirá otro Marco Antonio; y yo habré construido otra mujer.


Roberto Pável Jáuregui


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